¿Sobrevolando o de rodillas? – Por qué prefiero que mis alumnos de buceo despeguen antes
La cuestión de si los alumnos de buceo deben arrodillarse o flotar al principio es una fuente constante de debate, y no sólo entre instructores. A lo largo de los años, he visto muchos enfoques, los he probado y los he debatido con colegas. Mi postura, clara pero no dogmática, es que los que practican la flotación desde el principio lo encontrarán mucho más fácil más adelante. Puede que no siempre parezca elegante al principio, pero el efecto de aprendizaje es enorme, y las ventajas superan a los inconvenientes.
¿De dónde viene realmente el arrodillarse?
Arrodillarse en el fondo tiene una larga tradición. Originalmente, esto se debía principalmente al antiguo equipo: los primeros chalecos (chalecos de cuello de caballo) creaban una flotabilidad más bien vertical, el control de la flotabilidad era cuestión de suerte, y sin inflador todo era una aventura de todos modos. Sencillamente, era más cómodo para alumnos e instructores “aparcarse” en el suelo. E incluso hoy en día, arrodillarse sigue pareciendo natural para muchos principiantes; al fin y al cabo, queremos mirarnos, comunicarnos y, de alguna manera, sentirnos “seguros”.
¿Es realmente más fácil arrodillarse?
A primera vista: sí. Los que se arrodillan tienen menos que coordinar, pueden concentrarse en el ejercicio real y se sienten seguros. También es más cómodo para el instructor porque el grupo se sienta “organizado” en la parte inferior. Sin embargo, esta comodidad tiene un precio. Una vez que hayas interiorizado el arrodillamiento, siempre volverás a él más adelante, incluso cuando ya no sea necesario (o incluso perjudicial).
Una pequeña anécdota de la práctica
Recuerdo a un buceador experimentado que, por reflejo, se arrodillaba en el fondo cada vez que se encontraba con un problema, independientemente de que estuviera a 5 o 25 metros de profundidad. Una vez, cuando estaba soplando su máscara, levantó tanta arena que todo el grupo volaba a ciegas. Probablemente los peces se preguntaron qué estaba pasando. Esto demuestra que arrodillarse es un hábito del que es difícil deshacerse, y que sencillamente no funciona en muchas situaciones.
Desde el principio: ¿La mejor manera?
Por supuesto, la flotación suele resultar torpe para los principiantes al principio. Los primeros intentos a veces recuerdan más a un saco de patatas que a un elegante buceador. A veces se toca el fondo, y no todo el mundo mantiene inmediatamente un equilibrio perfecto. Pero: es un camino mucho más corto desde “estoy tumbado en el suelo” hasta “estoy flotando de forma razonablemente controlada” que conseguir que alguien pierda el hábito de volver a arrodillarse. Cualquiera que aprenda a orientarse, tararse y ajustarse en el agua desde el principio desarrolla rápidamente una sensación de su propia posición, y más tarde se convierte en un buceador mucho más seguro y respetuoso con el medio ambiente.
Otra historia de la vida real
Una de mis alumnas, llamémosla Anna, era extremadamente insegura al principio y prefería tumbarse en el suelo. Tras unos cuantos intentos y mucha paciencia, se atrevió a levantar las rodillas y, al final del curso, era la que estaba más relajada mientras flotaba en el agua. Su conclusión: “Al principio fue raro, pero ahora no quiero bucear de otra forma”.
¿Cómo te inicias en el hovering?
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Practica el control de la flotabilidad y el trimado desde el principio: es mejor llevar un poco más de plomo al principio, pero luego reducirlo rápidamente. Menos plomo = mejor planeo.
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Prueba tu ajuste: quédate quieto, aguanta la respiración y mira hacia dónde te inclinas. Luego ajusta tu peso y tu equipo.
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Practicar las habilidades de vuelo estacionario: No todo tiene que funcionar perfectamente a la primera. Al principio, puedes tumbarte o medio arrodillarte, pero cuanto antes funcionen los ejercicios de vuelo estacionario, mejor.
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Permite que se cometan errores: Nadie flota como un profesional la primera vez. Quien nunca toca el suelo probablemente nunca ha intentado nada.
¿Qué dicen las asociaciones?
La mayoría de las asociaciones (SSI, PADI, CMAS) recomiendan ahora el buceo suspendido como objetivo, al menos en teoría. En la práctica, sin embargo, sigue habiendo mucho arrodillamiento en todo el mundo. Los “flotadores” son bastante exóticos. Creo que merece la pena ser pionero aquí e introducir a los alumnos en la flotación desde el principio.
Conclusión: Flotar es el objetivo, y el camino a veces puede ser accidentado.
Mi enfoque consiste en empezar a flotar lo antes posible, aunque al principio parezca caótico. El objetivo no es que los principiantes se deslicen por el agua como profesionales, sino que tengan la confianza necesaria para dejarse llevar y sentirse cómodos en el agua. Si practicas esto desde el principio, más adelante te convertirás en un buceador más relajado, seguro y respetuoso con el medio ambiente. Y seamos sinceros: ¿quién quiere pasarse la vida de rodillas cuando puedes volar?
Con esto en mente, es mejor despegar que arrodillarse, con diversión, paciencia y una porción de compostura.